Nuestra historia

Historia del Centro Educativo Cénit

El Colegio Cénit abrió sus puertas en el año 1976, por iniciativa de Don José Centella Herencia y Don Bernabé Tierno Jiménez, destinando su actividad al ámbito de la ENSEÑANZA.

Don Fernando Gómez Cabrera, Doña Joaquina Centella Herencia y Don Bonifacio Cadierno Alonso cierran el grupo de fundadores de nuestro centro, estando aún, a día de hoy, ligados a él.

Don Bernabé Tierno, psicólogo, psicopedagogo, terapeuta y escritor, fue director del Colegio Cénit durante los primeros diez años del centro. Bernabé Tierno  fue una figura ampliamente reconocida gracias a su investigación sobre las causas del fracaso escolar, así como acerca de las posibles estrategias para llegar a una enseñanza y un aprendizaje más eficaces. Su legado no solo sigue vivo en los más de sesenta libros de psicología que escribió a lo largo de su vida, sino también en nuestro colegio, donde continuamos su estela buscando los caminos que nos acerquen a proporcionar aprendizajes significativos y enriquecedores para todos nuestros niños y niñas.

Fue el madrileño barrio de Pueblo Nuevo, el lugar elegido para ubicar nuestro centro. Más concretamente, es en la calle Vital Aza número 31 donde se sitúa nuestra entrada principal.

Como todo centro educativo, el Colegio Cénit es un espacio orgánico, que se encuentra plenamente vinculado a las circunstancias de su entorno más próximo, adaptando sus métodos y procedimientos a las diferentes situaciones que se van produciendo en el barrio con el transcurso de los años.

Durante el curso 2016/2017 celebramos el cuarenta aniversario de la apertura del centro. Este hecho se convierte en un punto de inflexión plenamente significativo para todos los que formamos parte de esta comunidad educativa.

Analizando la situación actual del centro nos encontramos con ciertas características que forman el carácter del mismo:

En primer lugar, el Colegio Cénit es un lugar de encuentro entre culturas, razas y religiones. El 95% de nuestros alumnos proviene de familias en las que al menos uno de los dos progenitores tiene origen extranjero. Es en muchas ocasiones en nuestras aulas donde tienen el primer contacto con la lengua castellana.

Las diferentes y, en muchos casos complicadas, circunstancias de muchas de las familias del centro han provocado a lo largo de los últimos años una baja implicación de los padres y madres en la vida escolar. De la misma forma, estas y otras circunstancias han tenido como consecuencia, una baja motivación por parte de los alumnos. Ambos son aspectos íntimamente relacionados, por lo que incrementar tanto la participación de las familias, como la motivación de los alumnos, es nuestro principal propósito.

Por otro lado, y tras haber realizado una detenida reflexión sobre nuestra propia tarea educativa, finalmente somos conscientes de que en la actualidad resulta necesario introducir cambios metodológicos con la finalidad de acercarnos a la enseñanza que los alumnos del siglo XXI necesitan para vivir en una sociedad compleja y en continuo cambio.

Al detectar nuestras dificultades se revela ante nosotros un panorama sumamente positivo: todas ellas son modificables. En los factores en los que nos encontramos con mayores debilidades es precisamente en aquellos en los que podemos intervenir.

Finalmente, sabemos que contamos con una gran fortaleza, la diversidad, que en la mayoría de los contextos es sinónimo de riqueza.

El escritor y educador Ken Robinson, dice lo siguiente: “(…) las escuelas no son santuarios apartados de la vorágine de la vida cotidiana; están totalmente inmersas en el mundo que las rodea. Un colegio dinámico puede nutrir a toda una comunidad alimentando la esperanza y la energía creativa de sus componentes. He visto como la presencia revitalizadora de grandes escuelas levantaba barrios enteros. Por el contrario, las que son malas pueden consumir el optimismo de todos los alumnos y familias que dependen de ellas reduciendo así sus oportunidades para crecer y desarrollarse”.

Nuestro colegio cuenta con un espíritu capaz de convertirse en una de esas escuelas destinadas a remover una comunidad entera.